El amor tóxico es un vínculo cargado de temores, distorsiones, exigencias y expectativas desmedidas que puede generarnos conflictos, problemas, estrés y aburrimiento, hasta el punto de agotarnos y enfermarnos.
Un amor tóxico no ayuda al crecimiento personal ni de la pareja, consume mucha energía en peleas, discusiones o vacíos afectivos.
Características principales en una relación de amor tóxico.
1 - Ausencia de comunicación adulta.
El amor tóxico se caracteriza por la falta de diálogo adulto y responsable, ya que suele haber dos personas con dificultad para hacerse cargo de sus errores y dificultades.
Comúnmente las parejas tóxicas pueden discutir, competir y pelearse por cualquier cosa sin resolver ni llegar a acuerdos adultos y consensuados.
2 - Falta de trabajo personal.
El amor se vuelve tóxico cuando uno de los miembros no trabaja su lado de sombra (miedos y dificultades) y, por ende, los pone en la relación de diversas formas saturando a la pareja.
3 - Falta de sexo placentero.
Un amor tóxico se manifiesta cuando la pareja sea acostumbra a un intercambio sexual que reporta poca satisfacción para uno o ambos miembros de pareja. A veces puede ser la frecuencia escasa, la forma de hacer el amor o el hecho de utilizar el sexo como una puerta de escape para no resolver problemas más profundos.
La presencia de lo anterior trae insatisfacción y aburrimiento en la pareja, que puede traer aparejada la infidelidad, masturbación compulsiva o separaciones.
4 – Idealización de la pareja.
Una pareja experimenta un amor tóxico cuando uno o ambos miembros se quedan pegados a una imagen idealizada del otro, donde no consiguen ver los defectos y cualidades en forma integrada. Parte necesaria y adulta en nuestro crecimiento madurativo es poder observar a quienes nos rodean con sus virtudes y dificultades, y poder aceptarlos.
En el amor tóxico, la persona solo puede ver las virtudes, pero le cuesta mucho también contemplar defectos del otro, lo cual puede llevarla a sostener vínculos tóxicos donde tolera maltratos, descalificaciones y otras yerbas amargas hasta que cae en la realidad.
5 - Infelicidad personal crónica.
En la matemática del amor, si dos personas eran infelices al conocerse, difícilmente crearán una relación plena y gratificante.
El amor de pareja tóxico se caracteriza porque uno o ambos miembros de la pareja experimentan insatisfacción y frustración en sus vidas y hacen poco y nada para resolverlo.
La pareja es utilizada como una vía de escape para no hacerse responsable de la propia infelicidad. Si no estoy haciéndome cargo de darme placer y alegría en mi vida, con seguridad me volveré un “vampiro energético” de mi pareja, intentando succionarla para sentirme pleno.
Esto puede generar personas sin vitalidad, con poca energía para disfrutar de sí mismos y de la vida. En síntesis, una pareja “seca” y estancada.
6 - Falta de proyectos personales.
En el amor tóxico no hay proyectos individuales, ya que la persona siente placer solo a través del otro, lo cual genera una sobrecarga que puede saturar la relación de pareja.
7 - Falta de amor y placer.
Otro aspecto que suele haber en algunos vínculos que superan el año de relación es la falta de intercambio amoroso y la diversión.
Hay parejas que están sumidas en un estado donde faltan gestos cariñosos verbales y corporales.
O falta expresar “te amo”, “te quiero”. También pueden caer en una rutina donde no hay actividades placenteras que nutran a cada uno.
Por lo cual, el vínculo se vuelve propio de dos “ancianos jubilados”, donde impera el aburrimiento, la insatisfacción y el temor a la soledad.