martes, 21 de agosto de 2012

TERAPIA PRIMAL





                                          Arthur Janov


La terapia primal es una forma de psicoterapia para curar traumas psicológicos creada por Arthur Janov.
De acuerdo con Janov, la neurosis es causada por los dolores reprimidos, resultado de los traumas de la infancia. Según afirma el autor, el dolor que se reprime puede ser sacado a la conciencia, para ser re-experimentado el incidente traumático de la infancia y para expresar plenamente el consiguiente dolor; volver a experimentar los traumas y expresar los sentimientos dolorosos largamente enterrados permite la resolución de los síntomas neuróticos.
Janov sostiene que en la terapia primal, los pacientes se encuentran sus verdaderas necesidades y sentimientos en el proceso de experimentar todo su dolor. El término "dolor" se refiere en la teoría general a cualquier angustia emocional y a sus supuestos efectos psicológicos a largo plazo.

"Casi a todos nos suceden cosas dolorosas en etapas iniciales de la vida que quedan grabadas en todos nuestros sistemas, almacenados, convirtiendo nuestras vidas en experiencias miserables. Es el caso de las fobias, la depresión, pánico, ataques de ansiedad y un ingente caudal de síntomas que se añaden a la miseria. Nosotros hemos encontrado una vía de acceso a esos tempranos archivos emocionales y hemos aprendido a acceder a esos recuerdos, para rescatarlos de la mente inconsciente, con la intención de revivirlos en el ahora para que así puedan ser definitivamente integrados y dejen de constituir la fuerza motriz oculta que maneje nuestro inconsciente. Por primera vez en la historia de la Psicología existe un modo de acceder a los sentimientos, escondidos, de un modo seguro y respetuoso y así conseguir reducir el sufrimiento humano. Es en esencia, el primer aborde seriamente científico de la Psicoterapia.
 
Según afirma el autor, el dolor que se niega, y por lo tanto se reprime, fuente y origen de toda neurosis y procesos autolesivos, puede ser liberado, 'sacándolo a la superficie', devolviéndolo a la Consciencia y reviviendo los incidentes traumáticos de la infancia que tanto esfuerzo (sufrimiento) ha costado mantener ocultos, selectivamente apartados de la memoria. Manifestar plenamente el consiguiente dolor vinculado a dichos recuerdos y el miedo que originó la huida de él, volver a experimentar los traumas no resueltos y expresar, los sentimientos dolorosos (soledad, miedo, abandono...) largamente enterrados, en presencia de un terapeuta capaz de contener las diferentes fases de la catarsis, permite la liberación de la esclavitud mental, la resolución de las adicciones neuróticas de las que somos prisioneros y nos mantienen atados a la cadena inconsciente de causa-efecto /acción-reacción (Karma, en la tradición oriental). Es el único modo de lograr estar en el lugar y momento presentes (Aquí y ahora) sin dependencias ni servidumbres pasadas inconscientes. La meta es la felicidad.
 
 
"Hace algunos años oí algo que había de cambiar el curso de mi vida profesional y la vida de mis pacientes. Lo que oí quizá pueda cambiar la índole de la psicoterapia, tal como se la conoce hoy: un grito espeluznante nacido de las profundidades de un joven tendido en el suelo durante una sesión terapéutica. Sólo acierto a compararlo con el que puede proferir una persona a punto de ser asesinada".
Un ensayo así, que empieza como la mejor película de suspense, no pudo sino acaparar de inmediato mi atención. A este asombroso grito lo llamó Arthur Janov "el grito primal" por estar referido, según él, a experiencias reprimidas en las etapas iniciales de la vida, incluyendo el período de gestación. Seguir su pista, a través de complejos fenómenos fisiológicos y psicológicos, conduce a la resolución de la neurosis. Los dolores reprimidos, los sufrimientos primales que se derivan de un parto negativo o de no haber sido amado (tocado afectuosamente) en la infancia, están registrados en el cerebro como una memoria psíquica y obligan al organismo a comportarse disociada y neuróticamente en búsca de la resolución de unas tensiones que nunca parecen resolverse. La agresividad, el estrés, las fobias, el alcohol, las drogas y la depresión…Janov propone, como única fórmula para romper la cadena viciosa de acción-reacción, el responsable "descenso a los infiernos".
La neurosis –o búsqueda adictiva de sucedáneos que reemplacen y sacien la sed de aquel afecto no recibido a muy temprana edad– es un recurso de supervivencia para los sentimientos no manifestados, y su Terapia "Primal" implica rescatar intencionalmente de la mente subconsciente y volver a sentir (revivir) todas las angustias (traumas psíquicos) del pasado con la intención de liberarse de ellas y volver a sentir. La Terapia Primal ® es esencialmente un proceso dialéctico en el que el individuo madura cuando revive las situaciones en que sus necesidades infantiles no fueron saciadas, recobrando el calor cuando siente frío, sintiendo la fortaleza al permitirse sentirse débil, reviviendo el pasado se instala en la actualidad, el ahora, y al sentirse morir retorna a la vida. Justo lo contrario a la terapia psicoanalítica en la que el individuo tiene miedo y para evitarlo es exortado por su terapeuta a comportarse como un héroe…siente poco y actúa mucho, es la huida hacia adelante, la inmortalidad neurótica de Woody Allen. Uno ve la teoría primal como una apuesta a cara o cruz entre Sigmund Freud y Wilhelm Reich con la esperanza de que la moneda caiga de canto, inverosímil, pero no imposible. Es volver a lo individual tras lo colectivo de la antipsiquiatría de Laing, el mito del eterno retorno es la evidencia del perenne vaivén. Arthur Janov está en la cresta de la ola desde hace varios lustros; en nuestro país el único rastro suyo es un libro de circulación casi clandestina, El grito primal, editado en 1979. Tan formidable aullido bien merece un poco más de atención. 

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